Literatura Tarasca
Aquí no intentaré dar un resumen de la historia de los tarascos en el siglo XVI, más bien quiero sugerir algunas direcciones para la investigación futura, y plantear cuestiones, algunas de las cuales quizás nunca tengan solución.
Tal vez podemos dejar a un lado ahora el problema del nombre de la gente indígena de Michoacán, sea "tarasco" o "p'urhépecha." Desafortunadamente, en este caso como en muchos otros en el presente, la politización de la nomenclatura étnica ha quitado la cuestión del dominio de los historiadores. Pero quizás una investigación histórico-lingüística ayude a clarificar el problema. Para mi presentación aquí usaré el término "tarasco", el cual entró en uso general en el siglo XVI, el período sobre el cual voy a hablar.
Como un conocimiento básico, necesitamos buenos estudios de la demografía histórica de la región tarasca. Helen Pollard y Shirley Gorenstein han realizado investigaciones perspicaces sobre la población de la cuenca del Lago de Pátzcuaro en el tiempo de los primeros contactos con los españoles, basados en la capacidad de la región para producir alimentos. Calculan la población de Tzintzuntzan entre unas 25,000 y 35,000 personas, y la población de toda la cuenca en unas 100,000 personas. De esto surge la interrogante de cómo pudieron los tarascos repeler las varias invasiones de los aztecas si la población total de Michoacán no era proporcionalmente más grande. ¿No nos sugiere que los cálculos de la población del Valle de México están exagerados?
La introducción de las enfermedades de Europa y África trajo como consecuencia una disminución catastrófica de la población en Michoacán, como sucedió en otras partes del Nuevo Mundo. Sabemos, por ejemplo, que antes de que algún español pisara la tierra de Michoacán, la estructura política tarasca ya se había dañado seriamente por la introducción de la viruela. La enfermedad había entrado a México con las fuerzas de Panfilo de Narváez en la primavera de 1520 y rápidamente llegó a Michoacán. Llevó a la tumba al Cazonci Zuangua y muchos de sus consejeros y gente. Pero necesitamos una idea más clara de lo que pasó con la población durante el resto del siglo. ¿Hubo un descenso tan drástico en Michoacán como en otros lugares?
Relacionado con el descenso demográfico está siempre la cuestión de la demanda de la mano de obra para los españoles. En mi estudio sobre la conquista de Michoacán he demostrado que la demanda legal bajo la tasación del bachiller Juan de Ortega en 1528 se sumó a casi 137,000 días de trabajo cada mes, simplemente para cargar los bastimentos a las minas, además del trabajo necesario para producir los bastimentos. Hay indicios de que la demanda aún excedió eso. Todo ese trabajo recaía en el esfuerzo productivo de los pueblos. No sabemos cómo se comparó con la demanda prehispánica de tributo para los reyes y caciques, pero tampoco ésta cesó. Carlos S. Paredes Martínez, Marcela Iraís Piñón Flores, Armando M. Escobar Olmedo, y María Trinidad Pulido Solís, en sus estudios regionales nos han dado una idea del impacto continuo del sistema de encomiendas pero necesitamos más estudios regionales de ese tipo para llegar a una vista global de los efectos de dicho sistema. El trabajo para la construcción de la catedral y las otras iglesias grandes también debe tomarse en consideración.
Otra cuestión que no se ha tratado es el conflicto interno de la nobleza tarasca, factor que parace haber abierto el camino para la penetración española. Tzintzicha Tangaxoan, hijo de Zuangua, que llegó a ser Cazonci después de la muerte de éste, no sólo carecía de experiencia y seguridad en el poder, sino además le faltó el apoyo de Timas, uno de los jefes guerreros más importantesEn parte a ello se debe que los españoles entraron casi sin oposición.
Entre 1525 y 1530 las autoridades españolas, especialmente Nuño de Guzmán, poco a poco aislaron a Tzintzicha de su poder. Durante ese período don Pedro Cuinierángarí cooperó con los españoles, quienes le dejaron ejercer los poderes de gobernador. Don Pedro también dio testimonio muy perjudicial en el proceso contra el Cazonci. ¿Estaba tratando de tomar el poder para sí mismo? Durante la década de 1530 siguió cooperando con los conquistadores que le dejaron como gobernador hasta su muerte en 1543
Esto nos conduce al problema de la separación geográfica de los nuevos centros de poder político del centro tradicional tarasco. A diferencia de otras regiones conquistadas, la capital política española de Michoacán no se localizó en el lugar de la capital política prehispánica. Quizás esto se debió al hecho de que los españoles no tuvieron éxito en sus esfuerzos por establecer una municipalidad en Tzintzuntzan. Las fuerzas españolas que entraron a Michoacán en 1522 bajo el mando de Cristóbal de Olid tenían la intención de hacer efectiva la dominación española con la fundación de una municipalidad española como el centro de poder en la región. Pero no encontraron la zona atractiva para una población permanente, y después de seis meses se fueron Vasco de Quiroga hizo otro esfuerzo para establecer una municipalidad en 1533, pero tampoco tuvo éxito Es interesante especular por qué dichos esfuerzos no fructificaron. ¿Era la región alrededor de Tzintzuntzan demasiado encerrada por el terreno montañoso? ¿Habría tenido un impacto la necesidad de dehesa para animales domésticos en el concepto español de la agricultura?
¿Cómo habrá afectado esto el desarollo de la colonia? Quiroga no tenía que oponerse a intereses españoles arraigados cuando pidió que se cambiara su sede episcopal de la antigua capital tarasca a Pátzcuaro, porque no había una municipalidad española en Tzintzuntzan.
¿Qué efecto tuvo tal cambio en la política tarasca? Quiroga llevó consigo a la familia real indígena, a tal grado de que López Sarrelangue los considera "nobleza indígena de Pátzcuaro". Los dos hijos de Tzintzicha Tangaxuan fueron reconocidos sucesivamente como gobernadores indígenas de Michoacán. El primero, don Francisco Tariácuri, tuvo el título desde 1543 hasta su muerte en 1545; al año siguiente, a su hermano don Antonio Huitziméngari le reconocieron como gobernador.
El traslado de la sede episcopal a Pátzcuaro una vez más causó una división entre los naturales. Algunos de los nobles resistieron el cambio del órgano y las campanas de Tzintzuntzan a Pátzcuaro, y Quiroga los puso bajo interdicto. Los indios de Tzintzuntzan y de otros pueblos de la laguna también protestaron en los años 1550 contra la mano de obra que tuvieron que contribuir para la construcción de la catedral de Quiroga en Pátzcuaro, y además nombraron a don Antonio en su queja. También pidieron que Tzintzuntzan fuera separado de la jurisdicción de Pátzcuaro y que el hijo de don Pedro fuese nombrado su gobernador.
Otro centro de la lucha política se creó en 1541 cuando el virrey Antonio de Mendoza fundó una ciudad española en el Valle de Guayangareo (hoy Morelia). Los españoles en Guayangareo trataron de compeler a Quiroga a que cambiara su sede episcopal, pero él lo resisitió hasta su muerte, diciendo que vio poco motivo para estar con un manojo de españoles, más que con miles de naturales.Pero en 1580, quince años después de la muerte de Quiroga, la sede se trasladó a la ciudad española, a la cual desde entonces se dio el nombre de Valladolid. Eso removió el centro de autoridad española aún más lejos del antiguo centro de poder tarasco. La región alrededor de la nueva capital había estado poblada por matlatzincas, sujetos del reino tarasco, antes de la conquista.
Otra pregunta: ¿Qué pasó con la clase sacerdotal nativa durante el período del cambio cultural? Los cronistas religiosos españoles indican que los sacerdotes trataron de organizar alguna resistencia en contra de la introducción de la cristiandad, pero no nos dan detalles. Don Pedro Cuinierángari, al cual los españoles muchas veces llamaron hermano del último Cazonci, era en realidad hijo de un sacerdote indígena. Pero tenemos muy pocos datos de otros de orígenes sacerdotales. ¿Desaparecieron tal vez entre la nobleza nativa?
Tampoco es fácil saber qué estaba pasando con la gente común, ya que sus actividades no aparecen frecuentemente en los documentos. Un análisis cuidadoso de las Relaciones geográficas, tan bien editadas por Alvaro Ochoa y Gerardo Sánchez, quizás nos dará una idea más clara de las tradiciones y costumbres populares que todavía sobrevivieron hacia el fin del siglo.
La construcción de una nueva cristiandad en lugar de la religión nativa no era cosa fácil. Personal bastante bien educado en la religión católica fue escaso entre los ejércitos de aventureros que realizaron la conquista inicial.Los primeros esfuerzos organizados para promover la cristianización de los naturales empezaron con la llegada de los religiosos franciscanos, probablemente en 1525, pero nuestra evidencia documental sobre los años tempranos es muy poca tanto sobre el personal como sobre los sitios de las iglesias.El proceso inquisitorial de Gonzalo Gómez ha dado alguna luz sobre el problema, pero debemos preguntarnos si no hay otros documentos escondidos en algunas lugares.
El cambio de la religión nativa a la cristiandad parace haber procedido con rapidez, por lo menos superficialmente. El famoso escritor franciscano Toribio de Motolinía dijo, cuando visitó Michoacán en 1549, que en toda la Nueva España no había visto la mitad o la tercera parte de la cristiandad que había encontrado en Michoacán.Tal vez esto era el resultado de que la obra de cristianización estaba encabezada por gente de tanta calidad como eran los franciscanos Juan de San Miguel, Maturino Gilberti, Jacobo Daciano; los agustinos Alonso de la Vera Cruz y Diego de Chávez; y el obispo Vasco de Quiroga.
Pero también debemos preguntarnos, ¿cuáles vestigios de la religión nativa iban entrando en la práctica religiosa popular cristiana? ¿Estará escondido en algún rinconcito algo sobre los tarascos como los escritos de Hernando Ruiz de Alarcón sobre la región azteca? Quizás material de este tipo se podrá encontrar en los sermones en tarasco de algunos de los tempranos religiosos, que todavía esperan traducción a un idioma mundial.
En 1536 se estableció en Michoacán un nuevo obispado, y el oidor Vasco de Quiroga fue nombrado como su primer obispo, aunque no empezó a fungir en su oficio sino hasta 1539. Con él vinieron cada vez más presbíteros seculares o diocesanos, en general llamados clérigos, para guiar la iglesia en los pueblos de Michoacán. El trabajo de los clérigos entre los tarascos ha sido poco estudiado. La investigación que ha hecho Alberto Carrillo sobre los conflictos de ellos con los religiosos, especialmente con los agustinos en Tlazazalca, es un comienzo significativo. Otra disputa entre el clero secular y regular que apenas se ha tocado se centró en la.cuestión de que si los naturales cristianizados debían pagar diezmos o no. Quizás Osear Mazín nos dará más luces sobre esto con sus investigaciones en el archivo de la mitra de Morelia. Una cuestión importante con respecto a las disputas entre clérigos y religiosos consiste en delucidar si historiadores de la iglesia pueden escapar de ser partidarios del clero secular o de los religiosos para ser simplemente historiadores.
A mediados del siglo XVI la figura de Vasco de Quiroga dominaba en Michoacán. Había llegado a Michoacán por primera vez en 1533 como oidor-visitador para investigar quejas repetidas de mal gobierno. Bajo su inspiración los indios fundaron el pueblo hospital de Santa Fe según el diseño de la Utopía, del canciller inglés Tomás Moro.
La fundación de hospitales en asociación con las iglesias llegó a ser muy popular en Michoacán, y el servicio a ellos se hizo por turnos entre la población nativa. En 1588, el obispo Juan de Medina Rincón estimó que había más de doscientos hospitales en la diócesis.Sabemos muy poco sobre sus operaciones durante el siglo XVI. Dado que esta forma de servicio social alcanzó popularidad rápidamente, podemos justamente preguntar ¿Tenía algunas raíces prehispánicas de asistencia mutua? Otras preguntas: ¿Utilizaron médicos nativos y conocimientos indígenas de curación? ¿Y estarán guardados datos escritos sobre tales cosas en algún lugar?
Para entender mejor el progreso de la evangelización entre los tarascos, necesitamos traducciones de los materiales, algo extensivos que están accesibles solamente en el tarasco.
Los primeros rasgos del tarasco escrito los encontramos en la Relación de las ceremonias y ritos y población y gobierno de los indios de la provincia de Michoacán. Don Pedro Cuinierángari y otros que conocieron la tradición sacerdotal tarasca cooperaron con el sacerdote franciscano quien entre 1539 y 1541 puso por escrito las tradiciones nativas. Esta obra, con las pinturas en estilo nativo que la acompañan, es la fuente individual de mayor importancia para un conocimiento de las costumbres e historia de los tarascos hasta la muerte del Cazonci Tzintzicha Tangaxuan.
El religioso franciscano quien lo escribió no se identifica en ninguna parte de la obra, pero hay motivos para creer que era fray Jerónimo de Alcalá, sacerdote franciscano quien actuó en Tzintzuntzan en esa época y fue reconocido como el primero en escribir la lengua tarasca.Sería interesante saber algo más sobre ese pionero de la lingüística tarasca. ¿Cuáles fueron sus antecedentes? ¿Podemos estar más seguros de su paternidad literaria de la Relación? ¿Habrá escrito otras cosas?
El siguiente escritor conocido de dicha lengua fue el franciscano francés Maturino Gilberti. Llegó a la Nueva España en 1542 y parece haber ido inmediatamente a Michoacán donde se sumergió en el trabajo de aprender, escribir y analizar la lengua tarasca. Hacia el fin de la década de 1550 llevó cuatro libros al impresor Juan Pablos en la ciudad de México para publicarse. En 1558 salió su Arte de la lengua de Mchuacan la primera gramática publicada de lengua indígena del Nuevo Mundo. El mismo año también publicó una obra religiosa, Thesoro spiritual en lengua de Michuacan, que incluyó la doctrina cristiana, un examen de la conciencia, y una explicación de la misa, todo en tarasco. En 1559 apareció su Diálogo de doctrina cristiana, una larga explicación de la doctrina cristiana en forma de diálogo, con otros textos religiosos, todo en tarasco y su vocabulario tarasco-español, español-tarasco, la obra por la cual se le recuerda mejor Años después Gilberti publicó otra obra en forma de diálogo: Thesoro spiritual de pobres en lengua de Michuacan También hay sermones suyos en tarasco que nunca se han publicado.Su gramática y diccionario son de lo más importante para preservar la lengua tarasca del siglo XVI.
Fray Juan Bautista de Lagunas, otro franciscano, continuó el trabajo lingüístico de Gilberti. Llegó desde Castilla a Michoacán por los años en que Gilberti publicó sus primeros libros. En 1574 Pedro Balli imprimió el Arte y dictionario con otras obras en lengua Mechuacana de Lagunas. Contiene una gramática tarasca, una explicación de raices tarascas en forma de diccionario, y los elementos básicos de la doctrina cristiana en tarasco.
Juan de Medina Plaza fue un agustino de quien conocemos muy poco, excepto que era andaluz, y sirvió de prior en los conventos de Tacámbaro y Cuitzeo. Publicó su Doctrinalis Fidei (Doctrina Cristiana) en dos tomos en 1575 y 1578, con título en latín pero texto en tarasco
Una necesidad básica para el entendimiento de la evangelización es la de traducciones confiables de los sermones y otras obras doctrinales de Gilberti, Lagunas, y Medina Plaza, y otros semejantes que se pueden encontrar. ¿Cuáles ideas europeas introdujeron los misioneros? ¿Hasta qué punto sus enseñanzas estuvieron influenciadas por el fermento del Renacimiento? Si tuviéramos traducciones españolas acesibles de tales materias, sería posible desarrollar un mejor concepto del ideario con el cual el clero estaba trabajando. El Centro de las Tradiciones de El Colegio de Michoacán ha aceptado como proyecto la preparación de transcripciones confiables de los textos y traducciones, a cargo de varios investigadores.
Para adelantarnos a la solución de esas cuestiones, necesitamos mayor profundidad en el estudio de la lengua tarasca de ese período. Un diccionario acumulativo que incorpore los datos de todas las variadas fuentes coloniales sería un proyecto largo pero valioso, que ahora sería posible con el uso de las memorias grandes de las computadoras.
Por medio de las obras lingüísticas podemos aprender algo acerca de cómo los tarascos estaban incorporando los nuevos conceptos europeos en su concepción del mundo. He mencionado algunos aspectos sobre este tema en otros trabajos, pero considero que únicamente se trata de un inicio
Los religiosos y el clero secular trataron de extender la educación europea a los naturales. Fundaron varias escuelas, una por los franciscanos, otra por los agustinos, y la mejor conocida, establecida por Vasco de Quiroga en Pátzcuaro, donde los jesuítas después también entraron en el campo de la educación. Los estudios de Francisco Miranda sobre el Colegio de San Nicolás fundado por Quirogade Carlos Herrejón sobre el Colegio de San Miguel de Guayangare y de Germán Viveros sobre la enseñanza de los jesuítas en Pátzcuaro nos proporcionan datos valiosos sobre la historia institucional de los colegios, pero no nos presentan mucho sobre la educación de la gente indígena.
Sabemos que los hijos del último Cazonci recibieron una educación española en la casa del virrey Antonio de Mendoza. Después don Antonio Huitziméngari fue a la escuela de los agustinos en Tiripitío. ¿Hasta qué grado llegó más allá de la nobleza la influencia de la educación europea?
Gilberti publicó su Diálogo de doctrina cristiana con la intención de que fuera distribuido entre la gente indígena y leído por ellos mismos, lo cual supone que podían leer su lengua Medina Plaza adjuntó a su Doctrinalis Fidei un tratado sobre los conceptos científicos de sus tiempos, escrito completamente en el idioma de MichoacánLa decisión de no promover a la gente indígena al sacerdocio católico quitó mucha de la fuerza a la educación indígena en Michoacán, al igual que en otras partes de México. Vemos los resultados de esto en el testamento de Quiroga, en el cual es obvio que la gente indígena iba a ser puesta en un nivel muy secundario en el futuro de su colegio
En la estructura política española, tan legalista como era, en donde el documento escrito valía tanto, la capacidad de escribir era de gran importancia, pero los documentos en la lengua indígena son escasos. De documentos escritos en tarasco, uno de los primeros que conozco es una carta de 1549 de los principales de Pátzcuaro al obispo Quiroga en España, escrita en párrafos alternados en español y tarasco Cayetano Reyes ha escrito un estudio importante sobre los manuscritos tarascos de la época colonial que se encuentran en el Archivo General de la Nación, México Sería valioso un catálogo de documentos tarascos.
Finalmente quiero poner mi librito de deseos, o de búsquedas, de documentos perdidos.
Quizás en algún lugar todavía se esconde el registro completo de la visita de Antonio de Carvajal de 1523-1524. A mediados del siglo XVI se conservaba todavía en el archivo de la audiencia de México, pero no tenemos otras huellas de ello.
Por supuesto, todos soñamos en que alguien encuentre una versión completa de la Relación de Michoacán, o localice la primera parte fugitiva.
Un ejemplar completo de las Ordenanzas que hizo Quiroga para sus pueblos-hospitales de Santa Fe, y de la Doctrina Cristiana que él costeó para los mismos pueblos, son impresos que muchos hemos buscado por años.
El pleito entre Quiroga y los indios de Tzintzuntzan sobre la posesión del órgano y campanas sería informativo sobre los orígenes de las divisiones políticas entre los dos centros tarascos. La pintura bien conocida del lago de Pátzcuaro que se ve en la crónica de Beaumont está obviamente sacada del pleito, por lo cual es probable que todavía estaba intacto en el siglo XVIII.
También sería ideal que se llenara la lista de las Relaciones Geográficas para que pudiésemos obtener una vista realmente completa de los pueblos de Michoacán sesenta años después de los primeros contactos.
Por eso, todavía hay tanto por hacer que sentimos que apenas hemos empezado.
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